EL ALCALDE PRESIDENTE del Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid
Madrileños :
Los europeos, de suyo avispados y acuciosos, han visto siempre con recelo la antigua fábula del rapto de Europa, pues no quieren verse raptados y prefieren vivir y trabajar en su común hogar.
Cierto es que Europa ha sido mil veces conmovida y desgarrada en sus entrañas por reñidos intereses propios o ajenos, que provocaban querellas, disputas e incluso guerras. Pero nunca Europa alejóse de sí y dejó de ser lo que ha sido siempre y aún es, la razón del mundo que guía con la luz de la inteligencia y la salud de sentimientos al resto de las gentes que pueblan el universo mundo.
España ha sido y es principalísima de esa razón del mundo. Durante cerca de dos siglos el corazón de Europa ha latido en España y tan difícil es concebir España sin Europa como Europa sin España. Han de percatarse de esto los madrileños y subir la difícil cuesta de la negligencia o el olvido, que invitan a despreocuparse de lo que hacer debemos, para concordar con nuestra actual situación de renovados y ejemplares europeos. El próximo día 12 entramos, con las puertas de par en par abiertas, en la Europa de los que tratan el comercio, las manufacturas, industrioso quehacer al que nadie es ajeno, los frutos de la feraz naturaleza y los muchos bienes con que la mar nos agracia. Debemos en esta luciente fecha, lustre de una Europa que a sí misma se encuentra, mostrar nuestro mucho contento y recibir a las ilustres personas que de Europa vienen y que en el citado día han de concurrir en nuestra ciudad para confirmar con su firma nuestra preclara condición de europeos que se unen con el resto de los pueblos de este viejo hogar de la luz para renacer con más vigor a la independencia, ajena a cualquier rapto extraño, imperio o tiránica sumisión.
Europa, foco común del saber del mundo, merece que en este día señaladísimo, en el que todos somos más Europa que nunca lo hemos sido, los vecinos de esta ciudad muestren su honda condición de europeos con gozo, contento, jovialidad y entusiasmo, a la vez que reciben con cordialidad sincera, admiración y ánimo de permanente hermandad a quienes de Europa, con particularísimo afecto y simpatía, nos visitan.
Madrileños, vuestro alcalde os invita, convoca y pide que deis testimonio de cuánta es nuestra alegría al comprobar que somos unos más de la Europa que se encuentra a sí mismo y sigue su destino de ser compañía en la que se juntan tantos y tan nobles pueblos.
Madrid, 8 de junio de 1985.
Enrique Tierno Galván
Madrileños :
Los europeos, de suyo avispados y acuciosos, han visto siempre con recelo la antigua fábula del rapto de Europa, pues no quieren verse raptados y prefieren vivir y trabajar en su común hogar.
Cierto es que Europa ha sido mil veces conmovida y desgarrada en sus entrañas por reñidos intereses propios o ajenos, que provocaban querellas, disputas e incluso guerras. Pero nunca Europa alejóse de sí y dejó de ser lo que ha sido siempre y aún es, la razón del mundo que guía con la luz de la inteligencia y la salud de sentimientos al resto de las gentes que pueblan el universo mundo.
España ha sido y es principalísima de esa razón del mundo. Durante cerca de dos siglos el corazón de Europa ha latido en España y tan difícil es concebir España sin Europa como Europa sin España. Han de percatarse de esto los madrileños y subir la difícil cuesta de la negligencia o el olvido, que invitan a despreocuparse de lo que hacer debemos, para concordar con nuestra actual situación de renovados y ejemplares europeos. El próximo día 12 entramos, con las puertas de par en par abiertas, en la Europa de los que tratan el comercio, las manufacturas, industrioso quehacer al que nadie es ajeno, los frutos de la feraz naturaleza y los muchos bienes con que la mar nos agracia. Debemos en esta luciente fecha, lustre de una Europa que a sí misma se encuentra, mostrar nuestro mucho contento y recibir a las ilustres personas que de Europa vienen y que en el citado día han de concurrir en nuestra ciudad para confirmar con su firma nuestra preclara condición de europeos que se unen con el resto de los pueblos de este viejo hogar de la luz para renacer con más vigor a la independencia, ajena a cualquier rapto extraño, imperio o tiránica sumisión.
Europa, foco común del saber del mundo, merece que en este día señaladísimo, en el que todos somos más Europa que nunca lo hemos sido, los vecinos de esta ciudad muestren su honda condición de europeos con gozo, contento, jovialidad y entusiasmo, a la vez que reciben con cordialidad sincera, admiración y ánimo de permanente hermandad a quienes de Europa, con particularísimo afecto y simpatía, nos visitan.
Madrileños, vuestro alcalde os invita, convoca y pide que deis testimonio de cuánta es nuestra alegría al comprobar que somos unos más de la Europa que se encuentra a sí mismo y sigue su destino de ser compañía en la que se juntan tantos y tan nobles pueblos.
Madrid, 8 de junio de 1985.
Enrique Tierno Galván